viernes, 25 de marzo de 2011

Aromaterapia



La aromaterapia (del griego aroma, 'aroma' y therapeia, 'atención', 'curación') es una rama particular de la herbolaria, que utiliza aceites vegetales concentrados llamados aceites esenciales para mejorar la salud física y emocional. A diferencia de las plantas utilizadas en herbolaria, los aceites esenciales no se ingieren sino que se inhalan o aplican en la piel.

Historia

El término aromaterapia fue utilizado por primera vez por el químico francés René-Maurice Gattefosé en 1935, es una terapia de la medicina alternativa y desde un punto de vista científico no se considera parte de la medicina convencional.
Los aceites esenciales de diferentes plantas han sido usados para propósitos terapéuticos desde hace cientos de años. Chinos, hindúes, egipcios, griegos y romanos usaron los aceites esenciales en cosméticos, perfumes y medicinas. En Mesoamérica eran utilizados los aromas de las flores y algunas plantas en infusiones para baños corporales.
Hipócrates utilizaba sahumerios fragantes para desembarazar a Atenas de la peste y los soldados romanos se bañaban en aceite aromático y se masajeaban regularmente con la creencia que ello les mantenía fuertes.
La Escuela Española es la más antigua de todas las Escuelas de Aromaterapia. Nace en los siglos IX, X y XI en la España Hispano-Árabe, donde convivían árabes, judíos y cristianos. Las raíces del arte de la perfumería y la cosmética en Europa están en España, adonde se desplazaron sabios y estudiosos de toda Europa, entrando por el camino de Santiago, para aprender de los maestros alquimistas españoles. Los alquimistas decían que los aceites esenciales son el alma de las plantas, su parte más luminosa y energética. Según ellos la eficacia de los tratamientos aromaterapéuticos dependía de la pureza y calidad de los aceites esenciales.
Se cree que la aromaterapia paso a Occidente en los tiempos de las Cruzadas. Los registros históricos muestran que los aceites esenciales se utilizaron durante la peste del siglo XIV. En los siglos XVI y XVII la aromaterapia era popular entre los grandes herbolarios europeos, pero hasta los siglos XVIII y XIX los científicos no fueron capaces de identificar muchos de los compuestos específicos de la química vegetal. La investigación permitió a los científicos extraer los compuestos activos de las plantas medicinales, lo cual condujo al desarrollo de medicamentos farmacéuticos y al rechazo de la medicina vegetal.
Para 1920 la dedicación de Rene-Maurice Gattefossé, químico francés, descubrió las propiedades medicinales del aceite esencial de lavanda cuando lo aplicó a una quemadura sobre su mano después de sufrir un accidente en su laboratorio, e inicio una modesta revitalización de los aceites vegetales. En 1928 Gattefossé, acuñó el término "aromaterapia" para resumir el efecto curativo de los aceites esenciales.
Más tarde el Dr. Jean Valnet, cirujano de la armada francesa, utilizó con éxito los aceites esenciales para tratar a los soldados heridos en combate y a los pacietnes de un hospital psiquiátrico. En 1964 Valnet publicó Aromathérapie, que aún muchos consideran la biblia de la aromaterapia.
Para los años 1950 Margarita Maury, terapeuta de la belleza y bioquímica austriaca, introdujo la idea de utilizar los aceites esenciales en el masaje y establecieron las primeras clínicas de aromaterapia en Bretaña (Francia) y en Suiza. Posteriormente algunos fisioterapeutas, enfermeras, cosmetólogos, masajistas, doctores y otros profesionales de la salud empezaron a utilizar los aceites esenciales como alternativa en vez de antibióticos.

 Aceites esenciales 

El método más indicado para el hogar, salas de meditación, consultorios, etc. es el hornillo, con el calor de una vela se calienta un pequeño cuenco
de cerámica en donde se coloca agua y de 5 a 10 gotas de aceites esenciales.
En caso del contacto con la piel el aceite penetra por los poros de la misma ingresando al sistema interno, allí debe diluirse en aceites neutros
como el de germen de trigo, sésamo, almendras o en cremas neutras y usarlo en masajes.
También se puede utilizar el aceite en baños de inmersión colocando de 10 a 15 gotas en el agua.
Cuando las combinaciones persiguen fines terapéuticos es importante tener en cuenta: no mezclar aceites esenciales con efectos opuestos, no usar más de 3 o 4 aceites y la mezcla debe ser agradable para la persona.
 

Precauciones:
Los aceites utilizados correctamente para aromaterapia no producen ningún efecto desagradable ni contraindicaciones, de todos modos debemos tener en cuenta:
No ingerirlos. No exceder la cantidad de gotas ni el tiempo de uso. No utilizar en el embarazo: albahaca, alcanfor, mejorana, mirra, clavo de olor, hisopo, enebro, cedro, salvia, romero. No poner en contacto directo con la piel: canela, clavo de olor, bergamota, enebro, jengibre, limón, menta, pino, tomillo. No usar en caso de epilepsia: romero, salvia. No dejar ninguna esencia al alcance de los niños. No tomar sol después de usar sobre la piel: bergamota, pomelo, naranja, limón, cedrón, angélica. 




 Lavanda: es un sedante muy efectivo, se utiliza en problemas de insomnio. Ayuda a equilibrar estados emocionales como histerias, depresiones... Calma, relaja.
Romero: estimula la memoria, la claridad mental, procesos creativos. Es un protector psíquico y un estimulante físico.
Árbol de te: bactericida, fungicida, y antiviral de amplio espectro. Estimula el sistema inmunitario.
Ylang-Ylang: antidepresivo y sedante, actúa sobre dificultades sexuales, por stress y ansiedad, es utilizado en estados de tensión nerviosa, insomnio e hiperactividad.
Naranja: es antidepresivo y restaura elevando el espíritu.
Pino: estimulante del sistema nervioso, brinda energía y bienestar.
Menta: estimula el cerebro ayuda a despejar los pensamientos.
Ca
nela: es afrodisíaco y estimulante mental.
Bergamota: eleva el espíritu, refresca y relaja. Muy útil para casos de depresión, ansiedad y tensión.
Patchouli: calma y levanta el espíritu. Para acompañar los procesos de aprendizaje.
Permite la liberación de fluidos en casos de edema, obesidad y retención de líquidos.
Cedro: efecto sedante indicado para el estrés. Se puede combinar con lavanda.
Pino: estimulante del sistema nervioso, brinda energía y bienestar.
Eucalipto: actúa en el aparato respiratorio, es descongestivo.
Geranio: antidepresivo, relajante y para restaurar y estabilizar emociones.
Manzanilla: relajante, efectos calmantes sobre la mente y el cuerpo. Se aplica para dolores e inflamaciones y para los estados de enojo y humor colérico. Ideal
para proteger pieles secas. Reparador del sueño.
Clavo: Antiinfeccioso, antiviral, antibiótico, antihistamínico, expectorante y estimulante para elevar el tono físico.
Palmarosa: drenante linfático facilita la eliminación de toxinas, depurativa, tonificante muscular y para el stress.
Sándalo: propiedades sensuales, meditación, aquieta los pensamientos, es ansiolítico y antidepresivo.
Cardamomo: antiespasmódico, afrodisíaco, carminativo, cefálico, digestivo, diurético, estimulante, estomacal y tónico (nervioso).
Jengibre: dolores reumáticos y musculares, agotamiento sexual y físico.
Lemongrass: se usa en la fatiga mental es un estimulante mental.
Rosa mosqueta: regenerador celular para quemaduras, tratamiento de arrugas y pieles maduras. Coperos y estrías.
Geranio: eleva los espíritus fatigados, equilibra y es útil en problemas nerviosos y emocionales, ansiedad y depresión. Favorece la memoria y relaja las tensiones.



 Fuentes:  http://es.wikipedia.org/wiki/Aromaterapia
             

2 comentarios:

Susanachachacha dijo...

que rico olor...

Yidina Druisa dijo...

Desde que lei el perfume(retrato de un asesino) me aficione a los olores y la forma en la que influye en la gente y en nuestro animo y espiritu...por ello buena entrada como siempre y una gran acierto en el tema..lo utilizare para algunos proyectos olorosos^^